El Derbi della Madonnina siempre ha sido una cita imperdible del fútbol italiano, pero el de la temporada 2004-05 quedó grabado en la memoria de los fanáticos gracias a una jugada que definió el carácter de aquel duelo: el contraataque letal liderado por Francesco Totti. En una era donde el fútbol defensivo era protagonista en la Serie A, el capitán de la Roma sorprendió con una asistencia brillante que terminó en un gol inolvidable. Ese encuentro también marcó tendencia entre los fanáticos, que buscaban revivir la emoción con prendas históricas disponibles en tiendas de camisetas de fútbol baratas.
En un San Siro repleto y dividido por la pasión de dos aficiones históricas, el Milan y el Inter protagonizaban un partido tenso, con mucho en juego. Aunque se trataba de dos equipos de Milán, la presencia de la Roma como rival eventual en aquella jornada hizo que Totti capturara los reflectores. El Milan, en plena forma y liderado por Maldini, buscaba dominar desde la posesión, mientras el Inter presionaba alto. Pero fue la Roma quien, fiel a su estilo vertical, encontró la forma de romper las líneas.
El momento clave llegó en el minuto 61. Tras un despeje defensivo, Totti tomó el balón en su propio campo y, con una visión de juego excepcional, lanzó un pase milimétrico a la carrera de Mancini. El brasileño no falló: definió con frialdad frente a Dida y puso en ventaja al conjunto romano. La jugada fue una clase magistral de contraataque: precisión, velocidad y lectura del juego.
Aunque el partido finalizó con un empate 1-1, aquel gol fue el más recordado de la jornada. Más que el resultado, lo que quedó en la retina de los hinchas fue la manera en la que Totti, con su estilo elegante y eficaz, rompió con el guion de un partido cerrado. El gesto técnico, la inteligencia táctica y la ejecución final marcaron una de las grandes jugadas del fútbol italiano en esa década.
Aquel derbi es hoy parte del imaginario colectivo del calcio. Los más nostálgicos lo reviven una y otra vez, recordando una época donde la técnica y la táctica se equilibraban de forma perfecta. El contraataque de Totti se convirtió en uno de esos momentos eternos que definen no solo una temporada, sino una era completa del fútbol europeo.