Sabes que si eres del Barcelona, por ejemplo, y vas a una ciudad tan lejana como Tokio, y te encuentras con alguien con una camiseta de algún jugador de este equipo, las barreras humanas y culturales que os separan se vuelven más finas. Aquí intervienen muchos factores, pero, como sostienen Juncá e Inglés, una vez ‘aprendes’ a ser de un equipo, ya no lo vas a ‘desaprender’.